El gorrión llegó a su
meta, la casa azul y blanca, allí encontró a una bella joven. El
gorrión lleno de felicidad le entrega la carta a la mujer, al leer
la carta, una tenues lágrimas caen sobre el bello rostro de la
muchacha, el gorrión sin separarse de ella la mira con cara de
felicidad por haber le entregado la carta. La muchacha le pregunta al
gorrión:
- ¿Me ayudarás a ir a
verlo?
El gorrión hizo un gesto
y asintió con la cabeza, la joven fue todo lo rápido que pudo a
prepararse... La gente que la conocía la ayudo con todos los medios
posibles para llegar, que eran pocos ya que eran tiempos de hambre.
La muchacha y el gorrión llegaron a la prisión sin obstáculos y a tiempo y gracias a que tuvieron que ejecutar a más presos, al prisionero le dieron una pocas horas más, pero cuando llegaron a la prisión el guardia que vigilaba quién entraba y quién salia, no les dejó entrar, el guardia dijo que las mujeres allí no tenían porque estar. La astuta muchacha decidió escribir una carta y explicarle a su esposo que no podía entrar... y el gorrión por la ventana le entregó al prisionero la carta. El hombre le explicó al guardia su situación, y le dijo:
La muchacha y el gorrión llegaron a la prisión sin obstáculos y a tiempo y gracias a que tuvieron que ejecutar a más presos, al prisionero le dieron una pocas horas más, pero cuando llegaron a la prisión el guardia que vigilaba quién entraba y quién salia, no les dejó entrar, el guardia dijo que las mujeres allí no tenían porque estar. La astuta muchacha decidió escribir una carta y explicarle a su esposo que no podía entrar... y el gorrión por la ventana le entregó al prisionero la carta. El hombre le explicó al guardia su situación, y le dijo:
-A mi, me van a ejecutar
pronto, deja a la muchacha que me vea y así yo moriré tranquilo y
ella vivirá con el tenue alivio de haber visto a su esposo antes de
su muerte.
La mujer vio a su esposo y
el gorrión aceptó las gracias del prisionero y de la joven y voló
hacia un lugar tranquilo donde descansar, la mujer al igual que
Pío-Pa se tuvo que ir a su casa y esperar la muerte de su esposo.
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